También podemos no hacer nada. Podemos fingir en lugar de llevar a cabo. Y si la idea del cambio nos hace sentir incómodos podemos quedarnos como estamos. Podemos elegir el descanso por encima del trabajo, el entretenimiento por encima de la educación, la desilusión por encima de la verdad, y la duda por encima de la confianza. Las elecciones son nuestras. Pero mientras maldecimos el efecto, alimentamos la causa. Como Shakespeare observó: “La falla no se encuentra en las estrellas sino en nosotros mismos”. Nosotros mismos creamos nuestras circunstancias derivadas de nuestras elecciones pasadas. Tenemos tanto la habilidad como la responsabilidad de hacer mejores elecciones a partir del día de hoy. Aquellos que buscan la buena vida no necesitan más respuestas o más tiempo para pensar las cosas para llegar a mejores conslusiones. Ellos necesitan la verdad. Necesitan toda la verdad. Y nada más que la verdad.
No podemos permitir que nuestros errores de juicio, que cometemos día a día, nos lleven por el camino equivocado. Debemos seguir yendo a los fundamentos que hacen la mayor diferencia en cómo fuciona nuestra vida. Y entonces debemos tomar las decisiones que traerán felicidad, alegría y la vida misma a nuestra vida diaria.
Y si me permiten el atrevimiento de dar mi último consejo a aquellos que buscan y necesitan hacer cambios en su vida: si no les gusta cómo son las cosas, ¡cámbienlas! Ustedes no son un árbol. Tienen la habilidad de transformar totalmente cada área de su vida. Y todo comienza con su propio poder de elección.
Autor JIM ROHN
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